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lunes, 15 de octubre de 2012

La "novia del puerto" aparece ante las cámaras en Barranquilla (Colombia)

El equipo de producción de un canal independiente de Barranquilla en Colombia, se encontraba grabando un documental sobre este extraño fenómeno el cual, vienen apareciéndose a los conductores, que por la noche recorren la zona de un viejo accidente.

Un poco de historia

Cuenta la leyenda que una mujer vestida de blanco, preparada para el matrimonio, aparece y desaparece en la vía que comunica a Barranquilla con Puerto Colombia a altas horas de la noche.
La mujer, a un lado de la vía, en ocasiones pide chance a los conductores. La mayoría no frena e incluso aceleran buscando alejarse, pero no lo consiguen. A los pocos segundos ella está en el asiento trasero del vehículo. El desenlace: un terrible accidente de tránsito que podría conllevar a la muerte del conductor.

Cuentan que muy pocos taxistas y choferes de buses han visto al espectro de la novia y han vivido para contarlo.

 Pero Hugo Orellano, exconductor de buses de Expreso Colombia Caribe, es uno de ellos.
Días atrás, en el negocio de café internet que administra su hijo en el municipio porteño, nos encontramos. Hugo, con la mirada perdida y su mano derecha temblante, aseguró que nunca en su vida le había sucedido algo parecido a lo vivido aquel domingo en la noche hace 7 años. Orellano se quedó más tarde de lo debido en Barranquilla y regresó solo sin el asistente a Puerto Colombia. Cerca del cementerio Jardines de la Eternidad vio la silueta brillante de una mujer con traje, lista para el altar, a un lado de la carretera.

 Asustado, aceleró en la carretera, pero al mirar por el espejo interior del bus, se encontró con la imagen de la dama sentada en la última banca del vehículo. Hugo quedó en shock.

Hugo respira profundo y recuerda la imagen de la joven que vio. La describe como hermosa y jovial, “amonada”, de cabello ondulado, de unos 20 años.

Vine a reaccionar ya casi entrando a los predios de Puerto, donde está la famosa 'vuelta del Diablo'. Oraba, y sin mirar por el espejo, pude llegar a mi casa temblando. Yo creía en el mito, pero no hice caso a las advertencias de mis colegas de no quedarme hasta tarde”.

Hugo, de contextura gruesa, barriga prominente de chofer de muchos kilómetros, se conmueve en su evocación, al punto que agradeció a Dios con la voz entrecortada.

Una testigo, llamada Sandra Angulo, y amiga de la famosa "fantasma" relata:

“Ella se llamaba Blanca Rosa Vilar Villamizar. Fuimos amigas desde los 9 años y gracias a su amistad conocí a mi primer esposo Carlos Valencia Vilar, que es primo hermano de ella”, afirmó Sandra con calma y seguridad en su voz.

Sandra Ángulo, de pelo medianamente rubio y uñas de color escarlata, contó que Blanca Rosa, estudiante de noveno grado del colegio Elena Duque de Barranquilla, conoció en marzo de 1982 a su gran amor, el libanés, Yesaia Mohamed Souidean, de 22 años, en una tarde de vallenato y salsa en la antigua caseta “La Tremenda”, en la carrera 43 con calle 50, donde empezó en los años 70 un baile de todas las clases y en el que se escuchaban solo aires del Caribe.

Allí cantantes como Porfi Jimenez hacían magia con sus orquestas y el fenómeno más importante del Caribe colombiano, el Joe Arroyo, también pasó como símbolo del Carnaval de Barranquilla. En ese escenario de pasiones encontradas se dio el intercambio de teléfonos de muchos enamorados. También el de Yesaia y Blanca Rosa.

El amor floreció y 11 meses después, un viernes de Guacherna, 4 de febrero de 1983, se celebró el día de la boda. El Padre de la Iglesia Inmaculada de ese año, el sacerdote Carlos Julio Becerra, los bendijó a las 7 de la noche. La celebración fue en el Club Alemán hasta las 3 de la mañana. Pero la fiesta siguió un poco más en el edificio Los Flamencos, en carrera 42F número 79B-19, donde vivía la familia del novio.

“Cuando ya se iban para el aeropuerto, contrataron un grupo vallenato y varios invitados se fueron en caravana a acompañar a los novios. Pero lamentablemente una camioneta se les vino de frente en La Circunvalar y el carro para tratar de esquivar al imprudente, chocó con un poste y se volcó en el pavimento. Blanca Rosa fue la única que murió”, contó una Sandra triste en sus palabras.

A diferencia de lo que cuenta la leyenda, la novia no murió en la vía a Puerto Colombia sino en La Circunvalar yendo hacia el aeropuerto el 7 de febrero de 1983.

Sandra evoca que Blanca una vez le dijo que si estaba en una emergencia vehicular, su reacción sería tirarse del carro. El vehículo dio unas 12 vueltas y en los tumbos recorrió 70 metros.

“Lo más seguro fue que saltará, eso explica, por qué fue la única en morir en el accidente”, comenta la amiga con pesar.

Sandra estaba para aquel momento en cinta de su primer hijo.

El día de la boda, Blanca conoció que después de la Luna de Miel, iba a ser la madrina del primógenito de su amiga.

Debido a su estado no acompañó la caravana, pero sus familiares le contaron la terrible noticia.

Recuerda a los más de 200 invitados con los trajes y copas en la mano trastornados por el trágico hecho.

La noticia de su muerte fue registrada en la edición del diario El Heraldo del domingo 6 y lunes 7 de febrero de 1983, y mostraba al novio Yesaia Mohamed afligido, acabado. Hoy el empresario libanés vive en Bogotá, viaja constantemente y es dueño de varios negocios de venta de perfumes y gafas en varias ciudades del país. Jamás abandonó a su suegra, la señora Betulia Villamizar con quien mantiene habitual comunicación.

A pesar que la única relación de Blanca Rosa con Puerto Colombia era que su primo Carlos vivía allá, no hay una explicación lógica para el misterio. Algunas personas como el veterano exdiputado porteño, Efraín Butrón, asegura haber visto el espectro de la novia en el segundo puente de La Circunvalar y la misma vía.
Sandra no cree que el supuesto fantasma de la novia de Puerto sea Blanca Rosa, sino en un espíritu maligno o cosas del demonio.

“Blanquita’ se casó de 17 años, qué mal pudo haber hecho una niña de esa edad para ponerse a espantar y hacer que se estrelle la gente. Esas son cosas del demonio. Yo conocí a Blanca y puedo dar fe que era una mujer dulce y humilde”, asegura Sandra.

Cuenta que jamás, en los 20 años que lleva de vivir en Puerto Colombia, se le ha aparecido a ella o a algún familiar cuando vienen de madrugada por la carretera.

Volviendo al principio, el equipo de producción que se encontraba grabando el documental, de forma inexplicable, obtuvo la siguiente evidencia:






Fuente: http://barranquillabierta.com/biblioteca-ba/una-blanca-rosa-tras-el-velo-de-la-novia.html

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