En 1959, nueve montañeros desaparecieron en los Urales (Rusia). Dos meses después se encontraron los cadáveres, medio desnudos, algunos en extrañas posturas y mutilados. Así lo relataba rusiahoy.com en su edición del 23 de febrero: “Primero encontraron cinco cadáveres. Yuri Doroshenko y Yuri Krivonischenko, vestidos únicamente con ropa interior, yacían cerca de un cedro, a un kilómetro y medio pendiente abajo de la tienda de campaña abandonada.
El líder de la expedición, Ígor Diatlov, vestido, pero sin calzado y con calcetines diferentes en cada pie, uno de lana en el derecho y uno de algodón en el izquierdo, se hallaba boca abajo en la nieve, rodeando con su brazo un abedul. El cadáver, orientado hacia la tienda, se encontró a 300 metros del cedro”.
“A unos 300 metros más arriba, en la pendiente, estaba Zina Kolmogorova, igualmente con la cabeza orientada hacia la tienda y también sin zapatos.
Más arriba, a 180 metros de Zina, se encontró a Rustem Slobodin con el cráneo fracturado, el pie derecho cubierto con una bota de fieltro y cuatro calcetines y el izquierdo desnudo. El resto de miembros de la expedición fueron encontrados mucho más tarde, al cabo de dos meses, entrada ya la primavera. Liudmila Dubinina estaba de rodillas junto al arroyo, mirando al agua. Junto a ella estaban abrazados Semión Zolotarev y Alexander Kolevatov y, dentro del arroyo, encontraron a Nicolas Thibeaux-Brignollel. A Zolotarev le faltaba un ojo; a Dubinina, un ojo y la lengua. Se habló también del extraño color de la tez de las víctimas, tirando a rojo o anaranjado”.
La Montaña de los Nueve Muertos
El hermetismo de la Rusia comunista multiplicó el misterio e hizo que surgieran cientos de especulaciones sobre las causas de las extrañas muertes:
¿una avalancha, en el lugar había un gulag, una planta nuclear...?
Aún hoy no se sabe qué ocurrió, pero todavía es más inquietante que la tribu de los mansi, aborígenes de la zona, ya llamaran al lugar la Montaña de los Nueve Muertos.
Poco después de los macabros acontecimientos, el investigador Lev Ivánov determinó que la causa de la muerte de los alpinistas había sido una “fuerza desconocida e irresistible”.
Fuente: http://desnivel.com/cultura/el-misterio-macabro-de-dyatlov-pass
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