Antes de nada, ¿qué es una ionosfera?
Todos los planetas terrestres con atmósfera la tienen.
Por encima de la superficie rocosa del planeta, donde la atmósfera se encuentra con el vacío del espacio, los rayos ultravioletas del sol rompen los átomos del aire.
Esto crea una capa de gas ionizado llamada "ionosfera".
Aquí, en la Tierra, la ionosfera tiene una gran importancia para las comunicaciones y la navegación. Esta capa permite, por ejemplo, que las ondas de radio reboten y que las emisoras de onda corta envíen sus transmisiones más allá del horizonte (recomendado ver el post del No Tan Misterioso Caso de Radio Florida haciendo click aqui)
La ionosfera también curva y desvía las señales de los satélites GPS, lo que provoca a veces que tu aparato de localización se equivoque de posición.
La primera prueba convincente de qye existía una ionosfera en la Luna la obtuvieron las sondas soviéticas Luna 19 y Luna 22 en los años 70. Mientras orbitaban la Luna en órbita baja, los aparatos detectaron una capa de material cargado que se extendía a unas decenas de kilómetros sobre la superficie lunar. Dicha capa contenía hasta 1.000 electrones por centímetro cúbico, mil veces más de lo que podía explicar la teoría. La idea de una Luna sin aire pero con una ionosfera no tenía mucho sentido, pero las evidencias estaban allí.
De hecho, el dato de que la Luna carece completamente de aire no es del todo exacto. Pequeñas cantidades de gas generadas por el decaimiento radiactivo surgen del interior del satélite, y el viento solar o los pequeños objetos que caen a la superficie también arrancan átomos de la superficie lunar.
El velo de gas resultante es tan delgado que algunos investigadores se niegan a llamarlo "atmósfera" y prefieren denominarlo "exosfera". Pero la densidad de la exosfera lunar es de alrededor de un trillón de veces menor que el aire de nuestra atmósfera y muy pequeña para apoyar los datos que detectaron las primeras sondas lunares.
Así pues, la ionosfera lunar siguió siendo un misterio durante 40 años hasta que Tim Stubbs, del instituto Goddard de la NASA publicó una posible solución a principios de este año. La respuesta, según propone, está en el polvo lunar. Stubbs - un científico de 30 años que ni siquiera había nacido cuando la ionosfera fue descubierta - leyó los informes de la misión Apolo 15 en la que los astronautas aseguraban haber visto un extraño brillo sobre el horizonte de la Luna. Muchos investigadores creen que los astronautas estaban viendo polvo lunar.
La Luna es un lugar extremadamente polvoriento, rodeado de forma natural por nubes de polvo. Cuando estos granos en suspensión reflejan la luz del sol al amanecer o atardecer, crea n un brillo a lo largo del horizonte lunar. Stubbs y sus colegas se dieron cuenta de que el polvo en suspensión podía darles una respuesta.
Los rayos ultravioleta del sol chocan con estas partículas y las ionizan. De a cuerdo con sus cálculos, este proceso produce suficiente carga (granos cargados positivamente rodeados de electrones negativos) como para crear la ionosfera observada por los científicos. Una ionosfera hecha de polvo en lugar de gas es una novedad en el campo astronómico.
Nadie sabe cómo se comportará en diferentes momentos de la noche o el día o en diferentes fases del ciclo solar, o cómo podría afectar a futuras comunicaciones o sistemas de navegación en la Luna. Las sondas ARTEMIS de la NASA, que orbitan ahora mismo sobre la Luna, y la nave espacial LADEE (que se lanzará en 2013 para estudiar este fenómeno), podrían revelar nuevos datos pronto.
Fuente: http://noticias.lainformacion.com/ciencia-y-tecnologia/ciencias-general/el-misterio-de-la-ionosfera-lunar_IxmsZ9ipo2rbqRdfFLlXn3/
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