El 14 de agosto de 1947, el profesor Johannis paseaba por la montaña cerca de Villa Santina, Carni, en la provincia italiana de Friuli, cuando de pronto vio un platillo metálico rojo en una hendidura rocosa.
El profesor salió de entre los árboles para contemplarlo mejor, y entonces notó que dos seres que parecían enanos le seguían caminando a pasitos, con las manos totalmente pegadas a los costados y las cabezas inmóviles.
Cuando las extrañas criaturas se acercaron a Johannis, a éste le fallaron las fuerzas; parecía como paralizado.
Los pequeños seres, con menos de un metro de estatura, vestían trajes azules transparentes, con cinturón y cuello rojos.
El testigo, que no apreció pelo alguno en la cabeza de las criaturas, describió el color de la piel de sus caras como "verde terroso". También distinguió narices rectas, bocas como cortes que se abrían y cerraban como las de los peces, y grandes ojos redondos y saltones.
Johannis declaró que, en un impulso repentino, les gritó, agitando su pico de alpinismo.
Entonces, uno de los enanos llevó la mano al cinturón, de cuyo centro brotó como una bocanada de humo, y el pico salió despedido de la mano de Johannis, que cayó de espaldas.
Después, uno de los seres recogió el pico y se dirigió junto con su compañero hacia el platillo, que en seguida despegó y, tras flotar unos instantes sobre el aterrorizado profesor, súbitamente pareció como encogerse y desapareció.
Fuente: http://www.lo-inexplicable.com.ar/articulo.asp?cat=74&art=50
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