Según cuenta la leyenda, una noche mientras contemplaba un exhibición de fuegos artificiales pensó que podía utilizar la propulsión de se tipo de cohetes para intentar cumplir su sueño de viajar al espacio.
Tras realizar diversos cálculos y estudios, Hu diseñó y construyó una nave espacial muy rudimentaria y que, probablemente, no contemplaba la posibilidad de regresar a la Tierra.
Esta primera «lanzadera» de la historia no era más que una plataforma de madera a la que se había fijado una silla y dos cometas que, una vez en el aire, le ayudarían a sostenerse. Bajo ella, 47 cohetes de gran tamaño proporcionarían el impulso necesario para elevar la estructura y al propio Wan Hu.
El día escogido para el lanzamiento y vestido con sus mejores galas, se subió a la silla y ordenó a 47 ayudantes, uno por cohete, que con unas largas antorchas prendiesen las mechas al mismo tiempo. Tras una gran explosión, y cuando el humo se hubo disipado, los sirvientes comprobaron que la nave y Wan Hu habían desaparecido.
Desde ese día nada más se supo del primer astronauta de la historia. Probablemente, no llegó a elevarse más de varias decenas de metros. Su nombre, en cambio, llegó a traspasar la atmósfera terrestre en forma de cráter en la cara oculta de la Luna.
Fuente: http://www.abc.es/20120123/medios-redes/abci-tragica-historia-astronauta-chino-201201231058.html
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