Joe Orchard, ex suboficial de la Royal Navy, y su
familia, comenzaron a experimentar extraños fenómenos en su hogar en Adisham, Kent, a
mediados de los años setenta.
Puertas y grifos del agua, de manera inexplicable, se
arrancaban y echaban a volar.
Una techumbre se hundió sin una razón aparente, de manera
misteriosa las muebles se humedecían y los aparatos eléctricos funcionaban mal de una
manera regular. finalmente, las circunstancias convencieron a los Orchard a huir de su
hogar.
Tras considerar el asunto un poco, Orchard llegó a la conclusión
de que la "electroósmosis" era la causante de las perturbaciones de su casa. Un
cable de alta tensión cercano a la casa, dedujo, perdía electricidad que luego afectaba
a la mecánica de la vivienda.
Los Orchard volvieron sólo después de haber enterrado
unos electrodos en el césped para desviar las pérdidas de corriente eléctrica.
Tras un juicio que duró 12 días, el magistrado declaró que Joe, su mujer June y su hijo de 23 años habían montado todo el tinglado para defraudar a la compañía eléctrica.
-Dijimos la verdad ante el tribunal, pero nos tildaron de mentirosos- declaró June más tarde.
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