El caso sale a la luz después de 11 años y pone de manifiesto la extraña repetición de sucesos relacionados con la ovnilogía que son intencionalmente ocultados al público.
El episodio tuvo su origen durante la noche del 24 de noviembre de 1999, en el Regimiento Militar N°12 ubicado en la capital de la provincia de Santa Fe.
Allí “apareció” una particular huella en el suelo.
La versión oficial mencionó una broma entre oficiales, pero la investigación reveló que varios testigos observaron en directo la presencia de un objeto volador de unos 40 metros. Pero eso no es todo, porque nadie pudo explicar por qué razón el tanque y dos cisternas de agua que abastecen al regimiento quedaron completamente vacías.
La apasionante historia del suceso y su posterior investigación fue divulgada por el Grupo Visión OVNI, en el marco de un trabajo de campo realizado por los expertos Luis P. Brussa (investigación general), Ariel Maderna (fotografías) y el ingeniero Fabián Rossi (cálculos y diagramas).
“Después de haberme enterado del suceso, decidí ir al regimiento a realizar las investigaciones.
Habían pasado diez días. Para ello invité a dos investigadores y amigos, Ariel y Fabián, así tomamos nuestros equipos y salimos a realizar la investigación de campo, que sin dudas es la parte más linda e interesante”, comentó Brussa sobre el origen del acontecimiento.
Buscando la verdad
“Cuando llegamos nos reciben dos soldados, a quienes les explicamos que éramos investigadores del tema y que queríamos realizar algunos estudios. De inmediato nos llevan a un superior, a quien tuvimos que explicarle con más profundidad lo que fuimos a realizar, para qué y qué haríamos después con las conclusiones. El permiso fue otorgado”, contó el investigador.
Luego, explicó que “los mismos soldados nos llevaron hacia la huella, ubicada en el sector más lejano del regimiento, que ocupa un total de seis cuadras.
Comenzamos con una mirada a la huella y demás instalaciones, como galpones, tanque de agua, árboles, cables y la cisterna, que suministra agua y posee una profundidad de 15 metros y un diámetro de 2,50 metros”.
En este punto, surge el primer dato revelador. Es que según el relato que realizó a los investigadores el sargento Carlos Villano, “la cisterna había quedado prácticamente vacía la noche del suceso”. El oficial también expresó que a la mañana del día siguiente al hecho, la directora de la escuela primaria que funciona en el predio lo llama para comunicarle que no había agua en los baños de la escuela. “Me dirige a la cisterna para ver que sucedía, pensando que habían saltado los fusibles del tablero, pero estaban bien”, dijo el oficial. Al mismo tiempo, descubrió que la cisterna y el tanque se encontraban sin agua, mientras observó por primera vez la huella circular.
Testigos directos
Otro testigo fue el cuidador de la pileta, Claudio Chena, de 25 años en aquel momento. “Comentó que era fotógrafo profesional y nos mostró las fotografías que ya había tomado del hecho. También relató que esa noche estaba jugando junto a su primo al fútbol en la cancha del regimiento, que se encuentra en la parte de adelante o frente cerca de la Avenida Freyre”, dijo Brussa.
“Claudio relató que pasadas las 21, vieron una intensa luz en dirección al tanque de agua y en eso se cortan las luces de todo el distrito, pero no así las luces de las calles, que seguían encendidas.
No le dieron mucha importancia creyendo que se trataba de luces de algún camión que pasaba por la calle San José, atrás del distrito”, indicó Brussa en su relato.
Los investigadores hicieron un relevamiento entre los vecinos al regimiento.
Así encontraron a Marta. “Esta mujer relató que esa noche estaban mirando televisión con la familia y de repente comienzan a oír un sonido, zumbido parejo y persistente, dando la sensación como si fuese un sismo, experiencia que tuvo Marta en Córdoba, y lo asimila de igual forma. Destaca además que el televisor y las luces de la casa sufrieron por lo menos en dos oportunidades un bajón de tensión grande que no alcanzó a cortar la energía eléctrica”, dijo Brussa.
Otra testigo clave fue la vecina Aidé, quien ya estaba en conocimiento de la aparición de la huella. Aidé es de origen colombiana y esposa de un conocido médico rural.
Su hijo es arquitecto.
La noche del hecho, se encontraba parada en el umbral de la puerta de frente, sobre la calle Salta, eran cerca de las 20.45 horas cuando observó “una luz que poseía forma circular con una luminosidad semejante a un fluorescente, y se desplazaba a baja velocidad, las copas de los árboles la iban tapando, no desprendía luces ni chispas, humo o estela, no cambió de forma, tampoco parpadeó, ni explotó, no aceleró, sólo se movía en esa dirección manteniendo la luz brillante y su forma”.
“Solamente observó un solo objeto, que según pudo calcular tenía una dimensión de unos 30 a 40 metros de diámetro y se encontraba a una distancia de 150 a 200 metros. Expresó que en esos momentos experimentó una sensación de tranquilidad con un silencio total durante los 12 segundos que aproximadamente contó que duró toda la experiencia”, indicó Brussa en su reporte.
Fuente: http://www.argendiario.com.ar/noticias.php?id=5601
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