Continuamos con la segunda parte, de las misteriosas apariciones de la virgen, en Egipto.
EDFU. Sábado, 21 de agosto de 1982
Menos espectaculares fueron las apariciones acaecidas entre el verano y el invierno de 1982 en la ciudad de Edfu, población muy conocida por su fastuoso templo dedicado en honor del dios Horus. A las 20.00 horas del sábado, 21 de agosto de ese año, la iglesia de Santa María, en la estrecha calle de El-Gomhourya, perteneciente a la diócesis de Aswan, protagonizó una nueva aparición de la Virgen. Existe muy poca documentación sobre este caso.
Menos espectaculares fueron las apariciones acaecidas entre el verano y el invierno de 1982 en la ciudad de Edfu, población muy conocida por su fastuoso templo dedicado en honor del dios Horus. A las 20.00 horas del sábado, 21 de agosto de ese año, la iglesia de Santa María, en la estrecha calle de El-Gomhourya, perteneciente a la diócesis de Aswan, protagonizó una nueva aparición de la Virgen. Existe muy poca documentación sobre este caso.
El Cairo. Sábado, 25 de marzo de 1986
Cuando ya parecía que el fenómeno de El-Zeitoun se había disipado en el tiempo, el asunto recuperó nuevo bríos el 25 de marzo de 1986. En esta ocasión fue en la iglesia de Santa Damiana Mártir en el barrio de Shoubra, en pleno centro de El Cairo. Entre esa fecha y 1991 allí se observó un fenómeno muy similar al de El-Zeitoun. La gente de las casas vecinas se asomó a la calle por el fuerte resplandor que venía de la cúpula derecha de la modesta iglesia copta.
Algunos dijeron que ya habían notado algo parecido hacía meses pero que no le habían dado mayor importancia hasta aquella noche, cuando el resplandor fue realmente exagerado.
Al igual que ya sucediera en El-Zeitoun, en donde el papa Cirilo VI formó una comisión investigadora, el nuevo papa, Shenuda III, eligió a un grupo de seis personas, formado por religiosos, profesores y periodistas, para investigar los sucedido. La noche del 10 al 11 de abril de 1986, la comisión investigadora pudo constatar entre las 3.40 y las 5 de la madrugada la existencia de una serie de fenómenos no naturales sobre el tejado de la iglesia de Santa Damiana Mártir, muy cerca de la torre. Efectivamente, la luz provenía de la propia torre y aún cortando la electricidad de la zona durante una hora, el fenómeno se siguió produciendo. Continuos destellos iluminaban la parcela dejando entrever la misteriosa presencia de una figura femenina.
En esta ocasión se pudo verificar que la aparición se daba también de día y en el interior de la iglesia, junto al altar y bajo las cúpulas. Junto a unas lenguas de fuego, la silueta de una mujer parecía bendecir a los allí reunidos para luego ascender lentamente al cielo y desaparecer. Además de la mujer, algunos testigos afirmaron haber visto a otros entes espirituales como figuras de santos, entre los que destacaba la propia Santa Damiana Mártir, a quien estaba dedicada la iglesia.
MENTAFIYA. Miércoles, 13 de agosto de 1997
Poco más de diez años después de lo sucedido en El Cairo, sobre el tejado de la iglesia de la Virgen María en la localidad de Shentena El-Hagar, Mentafiya, pudieron observarse a mediados del mes de agosto una serie de luces rojas y objetos blancos y plateados. Identificadas también desde un principio con la propia Virgen María, las apariciones, al igual que había sucedido en El-Zeitoun, duraban varias horas.
A las 4.30 de la madrugada del 13 de agosto de 1997 comenzó a producirse un extraño fenómeno. Estaba originado en un pequeño foco de luz blanco que giraba dando vueltas alrededor de la iglesia. Este primer estadio de la aparición finalizaba cuando la luz, después de haber ido aumentado de tamaño paulatinamente, se convertía en dos palomas blancas gigantes. Según los testigos, las aves no volaban ni batían las alas, simplemente se limitaban a pendular hacia arriba y abajo, flotando en el aire. Otros quisieron ver en estos seres voladores a dos ángeles celestiales. Después de este espectáculo, a medida que se disipaba la luz, en el centro del conjunto surgía la imagen de una mujer, María. Poco después desaparecía la luz que la rodeaba, quedando ella sola junto a las dos palomas.
La figura de la mujer, que no tenía perfiles claros sino que eran ondulantes, bendijo a todos los que allí había con inclinaciones del cuerpo. La figura de la Virgen alzaba las manos como si estuviera orando a Dios y llevaba ropas azules. Ese mismo día de agosto, hubo testigos que afirmaron haber visto a la Virgen dentro del propio templo unas horas antes. A pesar de que no se conserva ni una sola fotografía de estas apariciones ni hay grabaciones de vídeo, los testigos están de acuerdo en afirmar que las de Mentafiya fueron mucho más claras y espectaculares que las de El-Zeitoun.
La figura de la mujer, que no tenía perfiles claros sino que eran ondulantes, bendijo a todos los que allí había con inclinaciones del cuerpo. La figura de la Virgen alzaba las manos como si estuviera orando a Dios y llevaba ropas azules. Ese mismo día de agosto, hubo testigos que afirmaron haber visto a la Virgen dentro del propio templo unas horas antes. A pesar de que no se conserva ni una sola fotografía de estas apariciones ni hay grabaciones de vídeo, los testigos están de acuerdo en afirmar que las de Mentafiya fueron mucho más claras y espectaculares que las de El-Zeitoun.
Al día siguiente no se pudo observar la presencia de la misteriosa mujer y los cientos de personas que se habían aglomerado en los alrededores de la iglesia de Santa María se tuvieron que conformar con dos pequeños flashes de luz junto a la torre del edificio. En otras ocasiones, el fenómeno estaba rodeado de bolas de color rojo, luces danzantes que bailaban junto a la torre, fogonazos o círculos de fuego alrededor de la cruz del tejado de la iglesia. Mentafiya no tardó en convertirse en un nuevo lugar de peregrinación. Hasta allí acudían cientos de personas acompañadas de parientes enfermos en busca de una curación milagrosa.
Y al parecer, los médicos de la zona pudieron constatar varias de ellas en personas que recuperaban la vista de forma extraña o el espectacular caso de un niño que poco antes de amputársele un dedo de la mano al tenerlo gangrenado, sus padres observaron estupefactos cómo la criatura había sanado de forma milagrosa.
ASIUT. Jueves, 17 de agosto de 2000
Las más curiosas de todas las dadas en el Valle del Nilo. A 290 kilómetros al sur de El Cairo y con una población de casi 300.000 habitantes, Asiut fue durante los años 90 el foco de integrismo musulmán más fuerte de todo Egipto, a pesar de que la gran mayoría de la población es copta.
No en vano, Asiut pasa por ser el centro de la Iglesia copta más importante de todo Egipto.
La noche del jueves 17 de agosto de 2000 la iglesia de San Marcos, en el centro de la parte vieja de la ciudad, comienza a ser protagonista de un extraño espectáculo de luz. El fenómeno se repitió durante varios días. En un principio se llegó a pensar en que se trataba de una especie de broma. Para chafar la fiesta al gracioso, las autoridades decidieron cortar el suministro de luz eléctrica en toda la ciudad durante una noche entera... pero el fenómeno se siguió produciendo.
Hubo quien incluso lo relacionó con la presencia de un OVNI. Para las autoridades eclesiásticas no quedaba otra alternativa que la de comenzar a pensar que aquello era una nueva aparición mariana. Además, según la tradición bíblica, la Sagrada Familia visitó Asiut hace 2.000 años. Tras hacer correr la noticia, son miles los curiosos y devotos que se acercan a Asiut desde otros lugares de Egipto, para contemplar las apariciones. Cantaban, rezaban y bailaban en las calles lindantes esperando el anhelado momento de la aparición. La luz emanaba destellos verdosos y azulados, al igual que un fuerte olor a incienso. Además, siempre se daban de madrugada entre las 3 y las 6.
Al igual que había sucedido en El Cairo, la aparición acababa adoptando la forma de una mujer con ropas blancas y azules, acompañada entre bandadas de palomas luminosas. Sin embargo, como sucedió en las otras apariciones egipcias, no todos parecían estar tan de acuerdo en que aquello era realmente algo milagroso y mucho menos, la Virgen María. El padre Baki Sedka jefe de la iglesia protestante en Asiut afirmaba "yo no he visto ninguna luz. Me he pasado toda la noche observando atentamente la iglesia y no he visto más que unos pocos pichones que no justifican en absoluto el milagro. Creo que este caso necesita una investigación seria antes de admitir abiertamente los avistamientos". A pesar de todo, otros defendían las apariciones con testimonios del tipo a "la luz manaba de sus manos. Fue entonces cuando los pichones comenzaron a volar.
Eran grandes como patos". En ninguno de los casos las fotografías engañan. Tampoco deja de ser curioso que todas las apariciones producidas en Egipto tengan una serie de denominadores comunes del tipo a la presencia de fogonazos de luz, la aparición de "pichones" luminosos. De igual forma, la estructura física de los tejados, con cúpulas y altas torres, es posible que pueda dar alguna pista a los investigadores. Cierto o no, cualquier que conozca, por ejemplo, la iglesia de Santa María de El-Zeitoun en El Cairo y compruebe su pequeño tamaño, puede pensar que fuera lo que fuese lo que allí brilló desde 1968 hasta 1971, aquella luz en forma de mujer debió de estar terriblemente cerca de los testigos.
Conclusión.
Vírgenes, djinns y OVNIs
No vamos a descubrir nada nuevo si afirmamos que cada persona interpreta lo que ve según la cultura en la que ha sido educada y el entorno social en el que vive. En muchas ocasiones, algunos amigos egipcios me comentan que en su país nadie ve OVNIs. Y no estoy de acuerdo con ellos. Efectivamente nadie habla de OVNIs porque allí, prácticamente nadie sabe lo que es un OVNI. Según su cultura, especialmente la gente que vive en los desiertos, la aparición de extrañas luces en los cielos es relacionada con la presencia de los espíritus de las dunas o djinns ("llinas").
Algo similar puede suceder con las apariciones marianas. Se podría echar en cara a las autoridades de la Iglesia Ortodoxa Copta la nula preocupación por realizar investigaciones científicas de los fenómenos acaecidos en El-Zeitoun, Asiut o Edfu. En todos los casos comentados en este artículo, las autoridades eclesiásticas egipcias partían de la idea preconcebida y subjetiva de que allí lo que se estaba apareciendo era la Virgen María.
No es extraño que las críticas hayan llegado como auténticos torrentes después de confirmar el carácter milagroso de alguno de estos fenómenos por la simple presencia de manchas luminosas sobre algunas iglesias egipcias. Por otro lado, tampoco nadie puede aseverar que se trate de algo normal y corriente. Todo lo contrario, se trata de fenómenos extraños que entran de lleno en el mundo de la investigación de los fenómenos paranormales. Sin embargo, es demasiado aventurado lanzarse al vacío con afirmaciones tan rotundas relacionando desde un primer momento estos fenómenos insólitos con la presencia de la Virgen María.
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