Parece un contrasentido ¿verdad? En estos tiempos donde todo se ha acelerado y han aparecido dolencias nuevas, ser longevo (a) y vital no resulta ser una ecuación que tenga solución en el corto plazo.
Pero eso es en nuestro actual paradigma, sin embargo, parece ser que para los antiguos no era algo tan poco frecuente.
En los textos de la Torah hebrea se señala que Adán, Eva y algunos otros patriarcas, llegaban a alcanzar edades de hasta 900 años. Nuestra ciencia, que tiene su propio sistema de creencias, parece ser que no opina positivamente ante tamañas cifras y las tilda de falsas o de personajes inventados. Puede ser, es una de las tantas posibilidades.
Sin embargo, existen registros de personas que alcanzaron los 150 años e incluso más allá.
Thomas Parr |
Gran Bretaña, año 1635, gobernaba el Rey Charles I. El Conde de Arundel, lleva a la corte, en Londres por encargo del Rey, a un hombre de Winnington, de la comunidad de Shropshire. ¿Por qué el Rey deseaba conocerlo? Por su edad, se decía que tenía 152 años.
Thomas Parr (1483 – 1635) era muy popular en su localidad. A la edad de 80 años, se casó y se dice que lucía como de 40. En este primer matrimonio tuvo dos hijos, los que fallecieron a corta edad. Fue condenado por adulterio a los 105 años teniendo otro hijo fuera del matrimonio. Era hijo de un granjero local de una familia muy conocida. A muy temprana edad comenzó a trabajar en el servicio doméstico y luego se unió al ejército. A los 35 años, su padre fallece y él vuelve a hacerse cargo de la granja, la que trabajó por el resto de su vida.
Thomas comía sólo alimentos simples y tenía una sola comida importante durante el día. Comía frutas pero se sabe que siempre consumía yoghurt cultivado (cuajada). El único pan que consumía era hecho en casa, de una receta integral con Centeno y Trigo molido. Consumía una pequeña cantidad de miel y vegetales que cultivaba en su propia granja.
Las personas de la corte calificaban la dieta de Parr como la de un hombre pobre y aunque conocieron su historia, no estaban dispuestos a cambiar sus hábitos. Lamentablemente la vida de Parr estaba a punto de dar un giro enorme con esta visita a la corte londinense ya que cuando fue presentado al Rey y sentado a la mesa para entretenerlo con las historias de los tiempos de los anteriores Reyes que había visto pasar el “Viejo Tom”, tuvo que comer de los sofisticados y abundantes platillos de la corte. Esto marcó su final.
Su vida en el Palacio duró sólo tres semanas, cayó enfermo y murió. La autopsia mostró que la comida pesada de la corte no había sido digerida. Se envenenó con substancias que su organismo no pudo procesar. El médico que realizó la autopsia, William Harvey (muy respetado en la comunidad científica de la época al ser el primero en demostrar que la sangre circulaba por el cuerpo) escribió que los órganos de Thomas estaban en un inusual perfecto estado y sus cartílagos no estaban osificados sino jóvenes y saludables.
Poseía un cuerpo musculoso, su corazón estaba sano y los huesos no eran quebradizos. Incluso el vello de los brazos era aún negro. Así también, Harvey, afirmó que sus órganos sexuales se encontraban en perfecto estado. De hecho, la viuda de Parr (segunda esposa, casado con ella a los 112) testificó que su esposo tenía relaciones sexuales con ella hasta 12 años antes de su muerte (140 años).
Fue retratado por Rubens y Van Dyck. Se acuñaron monedas con su imagen y muchos bares adoptaron su nombre.
Para algunos, obviamente, su longevidad es considerada un mito creado por el propio Parr. Yo no estaría tan seguro.
La tumba de Thomas Parr se encuentra en la Abadía de Westminster al lado de Shakespeare, Milton y Byron. Su lápida evidencia su longevidad.
Su presencia en la historia se encuentra hoy en día inmortalizada por el famoso Whisky (agua de vida) “Old Parr”. Su envase, una botella cuadrada de vidrio craquelado color ámbar obscuro, recuerda a las utilizadas en la época de Parr.
Las revista “El Guardián de la Salud”, en su edición de N° 79 de noviembre de 2010, aborda la increíble longevidad que han alcanzado algunas personas.
Otros casos documentados
Miguel Solís, vivió más de 180 años en San Salvador. Sus vecinos contaban que él decía tener esa edad pero que era mucho mayor. El doctor de la localidad, Louis Hernández, testificó que otro habitante centenario de la zona decía que cuando él era niño, Solís ya era viejo. Su firma se encontró en documentos que mostraban que había ayudado en la construcción del convento Franciscano de San Sebastián en 1712.
Henry Jenkins, vivió por 169 años. Nació en Ellertow, Yorkshire en el Reino Unido. Su larga vida está avalada por registros de un tribunal de justicia donde entregó evidencia e hizo un juramento 140 años antes, cuando tenía 29. Fue padre a los 90 años. A los 160 caminó hasta Londres para tener una audiencia con el Rey Charles II. Era un gran nadador. Falleció en 1670.
Louisa Truxo, vivió 175 años. El 5 de octubre de 1780 el periódico London Chronicle informó de su muerte. Era una mujer negra que vivía en Córdoba, Argentina. Ella recordaba al prelado Fernando Truxo, su primer maestro y que falleció en 1614.
Hay otros casos registrados y lo común en ellos es la vida tranquila, sin excesos, sin alcohol, un respeto hacia el cuerpo en el sentido de darle alimentos naturales nutritivos. Comían menos volumen y más nutrición.
Cuidar nuestra dieta es una de las formas de prolongar nuestra vida.
Diversas fuentes señalan que una forma de que el cuerpo envejezca es por la acción de los radicales libres que al estar presentes en grandes cantidades atacan a las células del organismo, dañando las membranas protectoras, alterando su funcionamiento e incluso llegando a dañar el material genético. Lamentablemente el oxígeno, necesario para nuestra existencia, también genera estos “temidos” agentes.
Aconsejar lo que todos sabemos y pocos eligen, es de “perogrullo”. Cambiar la dieta hacia una comida vegetariana nos va a ayudar muchísimo a mantenernos más saludables pero no es lo único. Lo que si es claro es que la comida sí importa. “Que tu comida sea tu alimento y tu alimento tu medicina” señalaba el sabio Hipócrates (460 – 370 a. c.).
Seguramente Parr y el resto de los mencionados acá también llevaban vidas sencillas, con un bajísimo nivel de tensión y exigencias autoimpuestas. En todo caso, muchas personas en la antigüedad comían del mismo modo que Parr, por lo que me imagino que si bien la comida hacía muy bien su trabajo, había algo en él que desconocemos y que originó su longevidad.
Podría ser la calidad de sus pensamientos, una de las posibilidades dentro de un universo de ellas.
Por ello, sólo recomendar trabajar en la calidad de los pensamientos, ya que pensamientos tóxicos (envidia, odio, celos, rabia, descalificación) son claros agentes generadores de radicales libres.
Es recomendable para todos nosotros, consumir algún suplemento alimenticio (complejo vitamínico) junto con la dieta habitual. Es útil debido a que los suelos cultivables han sufrido una enorme pérdida de factores nutricionales (por el uso intensivo de ellos) y por lo tanto la gran mayoría de los diversos productos agrícolas consumidos tienen un déficit nutricional que alcanza hasta un 40 % de su potencial. Suplementar la dieta ayudará a disminuir la incidencia de múltiples dolencias pero siempre hacerlo con supervisión de personas capacitadas en el tema, pues hay restricciones que considerar en el uso de suplementos vitamínicos.
Fuente: http://www.guioteca.com/mitos-y-enigmas/insolitos-casos-de-hombres-que-superaron-150-anos/
0 comentarios:
Publicar un comentario