
Relatos sobre ovnis, ciudades subterráneas y los resabios de la caída de un meteorito hace millones de años, son algunas de las historias que sobrevuelan al Bosque Energético de Miramar.
Su biografía nos lleva a mediados de la década del 40, cuando se comenzó con la forestación de los médanos que hoy forman el Vivero Dunícola Florentino Ameghino. Pero la tarea no fue fácil. “Llegaron a extender esterillas de juncos con brea, sobre eso pegaron terrones de tierra, y fueron poniendo unas plantas conocidas como uñas de gato. Estas hacían de red para sostener raíces y para la que duna no se moviera”, explicó el director de Turismo miramarense, Carlos Pagliardini.