Se llama Sotra, tiene un km. de altura, un cráter de 1.600 metros de profundidad y se encuentra en Titán, la mayor de las lunas de Saturno. Según sus descubridores, podría ser el primer criovolcán, o volcán de hielo, observado de cerca por el hombre.
El espectacular anuncio acaba de realizarse en el transcurso de la reunión de la Unión Geofísica Americana, que se celebra en San Francisco.
Sotra es el mayor de una cadena de tres posibles “criovolcanes” fotografiados por la sonda Cassini, la nave de la NASA que lleva desde 2004 estudiando Saturno y su complejo sitema de satélites. Se encuentra en una zona rodeada por enormes dunas arenosas y los investigadores que lo han descubierto creen que en el pasado podría haber expulsado grandes cantidades de hielo fundido y otros elementos desde las profundidades hasta la superficie de Titán.
A diferencia de los observados en otros satélites, los criovolcanes de Titán tienen una estructura muy similar a la de sus “parientes” terrestres. Con la diferencia de que, en lugar de lava y roca fundida, escupen hielo a través de sus cráteres. La existencia de esta clase de volcanes podría ayudar a resolver algunos de los misterios sobre el ciclo de carbono en esta enigmática luna de Saturno, además de incrementar las posibilidades de que en ella pueda existir alguna forma de vida.
En efecto, los datos topográficos y de la composición del terreno han permitido a los científicos elaborar el mejor ejemplo que tenemos en el Sistema Solar de un volcán de estructura parecida a los de la Tierra, pero que expulsa hielo durante sus periodos de actividad.
“Cuando analizamos nuestro nuevo mapa en 3D de la región de Sotra Facula de Titán -afirma Kirk- quedamos sorprendidos por su semejanza a volcanes como el Etna en Italia, el Laki en Islandia e incluso algunos conos volcánicos menores cerca de mi ciudad natal, Falstaff (Arizona)”. Las imágenes de la Cassini revelan, en efecto, tres grandes estructuras cónicas, con huellas de materiales fluyendo de su interior. Las alturas están comprendidas entre los 1.000 y los 1.500 metros.
Durante años, los científicos han debatido la cuestión de la posible existencia de criovolcanes en las lunas heladas del Sistema Solar exterior. Y, en su caso, sobre qué características deberían tener. Confirmar su existencia supone asumir que existe una actividad geológica interna, capaz de calentar lo suficiente el medio como para fundir una parte del interior del satélite y lanzar hielo líquido u otros materiales hasta la superficie. En los criovolcanes, el agua juega el papel de la lava de los volcanes terrestres y el hielo, el de las rocas.
Algunos criovolcanes se parecen muy poco a los que hay en nuestro planeta, como los detectados en Encelado (otra de las lunas de Saturno), donde tienen forma de largas fisuras que expulsan chorros de agua y partículas de hielo que dejan escasas huellas en la superficie. Pero el caso de Sotra y de sus dos compañeros es diferente. Todos ellos se elevan cientos de metros sobre el terreno, tienen cráteres profundos y muestran evidencias de antiguas coladas.
Se trata, hasta ahora, de la mejor evidencia de toda la topografía volcánica existente para cualquier otro satélite helado. Y si bien es cierto que el origen de esas elevaciones podría también ser tectónica, la interpretación de que se trata de criovolcanes resulta mucho más consistente para los investigadores.
La confirmación de la existencia de volcanes de hielo, además, podría ayudar a explicar algunos de los enigmas de la composición atmosférica de Titán, rica en nitrógeno y con cantidades sustanciales de metano, un elemento que los rayos solares destruyen en poco tiempo.
Lo cual indica que, de algún modo, Titán dispone de una “fuente de regeneración” de metano.
Una tarea para la que un criovolcán sería el candidato perfecto. “Un criovolcán -explica Linda Spilker, científica de la misión Cassini- ofrece una oportunidad perfecta para llevar el metano del interior de Titán hasta su atmósfera”.
Pero la presencia de criovolcanes en Titán resulta intrigante por otra razón. En efecto, los científicos especulan desde hace años con la posibilidad de que Titán podría ser un lugar adecuado para encontrar vida fuera de nuestro planeta.
El satélite, cuyas condiciones resultan muy parecidas a las de la Tierra primitiva, tiene grandes lagos de hidrocarburos líquidos y una química muy compleja en su superficie.
Y mientras que en nuestro planeta natal los volcanes resultan perjudiciales para la vida, enmundos helados como Titán o Encelado podrían ser los lugares idóneos para que la vida arraigara. Los criovolcanes podrían ser, de hecho, los “laboratorios” en los que los compuestos químicos de la superficie se mezclan con el agua procedente del interior.
O, mejor aún, podrían ser los vehículos más adecuados para llevar hasta la superficie las posibles formas de vida subterránea que, al calor de la propia actividad volcánica, podrían haberse desarrollado en el agua helada del subsuelo del satélite. Una posibilidad que será explorada a fondo por futuras misiones a esta excepcional luna de Saturno.
Fuente: http://www.astrocedia.org/2010/12/17/cassini-encuentra-un-criovolcan-en-titan/
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