Algunas personas tienen capacidades 'telemétricas', esto es, son capaces de percibir la sensaciones de una escena de la que no son testigos directos. Al menos el caso de Nella Jones así lo confirma. Y de haber tenido en cuenta sus percepciones, se hubiera detenido antes al asesino de Yorkshire.
El nuevo 'Jack el Destripador' apareció en Yorkshire -Reino Unido- a mediados de la década de los 70. Este despiadado asesino golpeaba a sus víctimas en la cabeza con un martillo y utilizaba todo tipo de herramientas para descuartizarlas.
Los vecinos de esta población vivían atemorizados: cada pocos meses aparecía una nueva víctima y las autoridades no tenían ni el más mínimo indicio que les condujera al asesino.
En medio de todo este clima de pánico y tensión, entra en escena una detective con capacidades psíquicas insólitas, Nella Jones, que aseguraba poder obtener más información acerca de los crímenes a través de las prendas de ropa de las víctimas o de cualquier otro objeto que hubiera estado en la escena del asesinato. Estos objetos le permitían 'conectar' de alguna manera con sensaciones de lo que había ocurrido y 'perseguir' al asesino a través de los oscuros rincones de su mente.
Algunas de las visiones de Nella Jones fueron realmente precisas: el asesino trabajaba como transportista y tenía un camión en el que había distinguido las iniciales C.T. Además, vivía en el número 6 de una calle que, por su aspecto, parecía pertenecer a la vecina población de Bradford y, para más señas, el nombre del criminal era Peter.
A pesar de que el testimonio de Jones fue recogido y analizado por la policía, las investigaciones que se llevaron a cabo fueron infructuosas. En 1975 se dijo que la intervención de la detective psíquica en el caso del asesino de Yorkshire había sido un rotundo fracaso. Sin embargo, el tiempo le dio la razón a Jones.
Ciertamente, las autoridades habían fallado en el desarrollo de sus investigaciones porque, cuando finalmente el nuevo 'Jack el Destripador' fue detenido y confesó la docena de crímenes que se le imputaban, todo encajaba a la perfección.
Se le detuvo por casualidad, por un asunto relacionado con un coche robado que culminó con el registro de su domicilio, donde se encontraron pruebas determinantes que lo convertían en el asesino más buscado de los últimos años.
El caso es que el detenido se llamaba Peter Sutcliffe, trabajaba como transportista en la empresa Clark Transport -C.T.- y vivía en el número 6 de la calle Garden Lake de Bradford. La detective psíquica había acertado en todos los detalles.
Fuente: http://m.ilustradordigital.es/index.php/el-cobertizo/60-el-cobertizo/4671-nella-jones-detective-psiquica.html
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